Quemando octanos a tope, levantando nubes de polvo en el Páramo y con
el motor rugiendo como sólo el de un Interceptor V-8 puede hacerlo, Mad Max:
Furia en la carretera promete ser una de las
mejores películas de acción de 2015. Aclamado
por la crítica en EE UU, el regreso del director George Miller a su saga no sólo
supone la inesperada (pero gozosa) resurrección de un serial con casi tres
décadas y media de antigüedad, sino también una apología del cine de aventuras
más destrozón y más ochentero. Sin embargo, a Max Rockatansky (Tom Hardy, reemplazando
a Mel Gibson en
el papel) le ha salido un enemigo extremadamente imprevisto. Y no
hablamos de Lord Humungus, ni
de Bubba Zanetti, ni
de una Tina Turner peroxidada:
hablamos de internautas machistas que
la consideran una película… ‘de mujeres’.
Precisemos esto: a cualquier cinéfilo de bien, la idea de ver a Charlize Theron interpretando a
una heroína llamada Imperator
Furiosa debe resultarle estimulante, máxime si recordamos
que la actriz acabó muy quemada con las películas de acción tras el desastre
de Aeon Flux en
2005. Sin embargo, el hecho de que la sudafricana de oro se haya convertido en
toda una amazona motorizada ha caído muy mal entre los
autodenominados ‘Activistas
pro-derechos de los hombres’. Hablamos de comunidades de
varones que circulan por internet promoviendo el regreso a los roles de género
tradicionales y a la virilidad monolítica, desde la oposición a la emancipación
femenina y casi siempre desde un ideario muy conservador. Gente, en suma,
que lo pasaría fatal en una conversación con Ryan Gosling, con Mark Ruffalo o con cualquier
otro de los actores
feministas y orgullosos que se mueven hoy por Hollywood.
De este modo, según leemos en The Daily
Dot y The Mary Sue, dichos
activistas andan muy cabreados con el regreso de Mad Max. ¿Por qué?
Pues porque el hecho de que el Guerrero de la Carretera comparta encuadres con
una heroína carismática les resulta “denigrante”, tanto para el personaje como
para ellos mismos, en tanto que espectadores ansiosos de recibir una ración de
testosterona fílmica. Return of Kings, una
de las webs de referencia para esta subcultura, publicó el lunes un artículo
titulado Por qué no deberías
ver ‘Mad Max: Feminismo en la carretera’, donde el
autor Aaron Clarey (alias ‘Capitán Capitalismo’) califica al filme
de “una pieza de propaganda
feminista disfrazada de película para tíos”. Hablamos,
cabe puntualizar, de una página en la que encontramos textos con títulos tales
que “Por qué estoy orgulloso de que me
llamen misógino” o “Una
guía sobre el amariconamiento del hombre americano”, y en la
que tanto las mujeres como los hombres gays o bisexuales tienen prohibido
comentar. No nos extraña, pues, que algunos se pregunten si se trata de una elaborada
broma.
Pero, de acuerdo con las pruebas disponibles, Return of Kings no es una broma. Y
su artículo sobre la nueva Mad Max va
en serio. El autor de la pieza afirma haber sentido sus primeros reparos al ver
cómo, en el tráiler del filme, el personaje de Theron se dirigía al de Hardy a
grito pelado. “Nadie le da órdenes
a Mad Max”, protesta Aaron Clarey, seguramente
olvidando algunas de las escenas cruciales de Mad Max 2: El guerrero de la carretera y Mad Max: Más allá de la Cúpula del Trueno. Pero
el verdadero acabóse llega cuando el redactor descubre que Max
Rockatansky e Imperator Furiosa se unen para rescatar a un grupo de chicas
del harén del caudillo Immortan
Joe (Hugh Keays-Byrne). Y no sólo eso: para cogerle el
punto a los papeles femeninos, George Miller le pidió ayuda a la dramaturga Eve Ensler, autora de Los monólogos de la vagina. Además
de escribir dicha obra, Ensler ha realizado trabajos de investigación y de
ayuda humanitaria en países como Afganistán, Haití y, especialmente, la
República Democrática del Congo. Y, aunque dichos trabajos le han costado a la
autora más de una crítica desde sectores feministas, cabe elogiar la buena
actitud de Miller al pedirle ayuda para abordar un tema tan espinoso como la
esclavitud sexual.
A esas alturas, el artículo de Return
of Kings ya se está tirando de los hipotéticos pelos. Y la
cosa va a más: tras leer las reseñas según las cuales Charlize Theron se come
con patatas a Tom Hardy, tanto en términos de protagonismo como de
interpretación, la cólera de la web pro-machismo llega a cotas bíblicas. “El feminismo se ha infiltrado en Hollywood,
arruinando todas las películas de acción potencialmente buenas con personajes
femeninos forzados y tramas románticas sin sentido”, afirma.
Y prosigue: “Han tenido el valor
de marginar al protagonista de una franquicia de cine titulada ‘Mad-puñetero-Max’ para reemplazarlo con un personaje femenino
imposible, a fin de complacer a las feministas”. ¿El
punto álgido? Cuando Aaron Clarey acusa al filme de “arruinar y reescribir una pieza capital de la
cultura estadounidense”. Mal jugado, amigo: al igual que
su director y su primer protagonista, la saga Mad Max es australiana, y muchos cinéfilos (y
cinéfilas) del país antípoda la consideran un orgullo nacional.
En resumen, según el artículo, Mad
Max: Furia en la carretera es producto de una
conspiración. “Esto es un caballo
de Troya mediante el cual las feministas y los izquierdistas de
Hollywood insisten (inútilmente) en que las mujeres son iguales en todo a
los hombres, incluyendo en el físico, la fuerza física y la lógica”, sentencia.
¿A dónde nos conduce, entonces, este sindiós? Pues a un futuro en el que “los hombres (y las mujeres de verdad) jamás podrán
ver una película de acción que no incluya un maldito sermón acerca del
feminismo, el rojerío y el socialismo”. Así
pues, Return of Kings llama
a un boicot fulminante del filme por parte de sus lectores. Este festival del
humor prosigue en los comentarios del artículo, en los cuales hallamos tanto
adhesiones entusiastas como protestas. Pero mejor proseguimos analizando
algunas de las preguntas que plantea.
Para empezar, ¿es que en saga Mad
Max nunca ha mostrado mujeres libres de clichés?
Pues, aunque pocas, sí las ha tenido. Además de Tía Ama (Tina Turner) y su pelazo (posiblemente el personaje
más interesante del tercer filme) podemos recordar a Big Rebecca, la luchadora con
arco y flechas de El guerrero de la
carretera. Para seguir, ¿de verdad tienen tan pocas tragaderas
los redactores de Return of Kings? Recordemos
que los fans gays de
la franquicia, que existen, han tenido que apechugar con la homofobia de
las películas originales, en especial de una segunda parte cuyos villanos
parecen extraídos del club La Ostra Azul de Loca
academia de policía. Si dichos fans han sabido asimilar el tema
desde el humor, carcajeándose de las exageraciones de George Miller y
considerándolas un añadido más al tono macarra del serial, ¿tanto les cuesta a
estos señores aceptar un poco de poder femenino?
Por otro lado, podemos decir que ese discurso acerca del cine de acción
invadido por feministas y socialistas se corresponde bien poco con la realidad.
Recordemos que las películas protagonizadas por superheroínas siguen
siendo rara avis: esperemos
que Wonder
Woman y Captain
Marvel promuevan un cambio en la situación, porque
ésta clama al cielo. Ahí queda, además, la forma en la
que Marvel minimizó a Viuda
Negra (Scarlett Johansson) en la promoción y
el merchandising de Vengadores:
La era de Ultrón, pese a ser una de las figuras
más queridas de su universo cinematográfico. Así mismo, las protestas por
el sexismo inherente a la industria de Hollywood son cada vez más abundantes,
bien las formulen Kristen Stewart, bien Cate Blanchett u otras actrices.
La diferencia, podríamos decir, reside en que ahora se debate abiertamente
sobre todo ello. Si en el fandom de
la acción o del cine fantástico hay (o, mejor dicho, siempre ha habido) hueco
para las mujeres, las minorías étnicas, las personas LGTB o la gente de
izquierdas, es normal que estos sectores del público hablen del tema, y que les
guste verse reflejados en pantalla grande.
Así, tanto Return of Kings como quienes
comparten su opinión acerca de Mad
Max: Furia en la carretera pueden ser descritos mediante un
término que, seguramente, no les hará ninguna gracia: son unos llorones, indignos de
correr junto a Max Rockatansky y sus nuevas aliadas. Así mismo, cuando el
artículo se despide deplorando un futuro “en el que las chicas querrán ser como Imperator Furiosa, y no como
Sophia Loren”, cabe recordarles aquellos
filmes, como Dos mujeres y El oro de Nápoles, en los
que la diva interpretó a mujeres italianas de la posguerra mundial, bien
fajadas en las artes de sobrevivir y de torear a los tíos. “Pasad de esta película y ved de nuevo Los violentos de Kelly”, concluye el texto, olvidando
que a Clint Eastwood no
le hace gracia alguna el machismo (¿será que no han visto Million Dollar Baby?) y
que Donald Sutherland está
muy orgulloso de su rol en la saga Los juegos del hambre, muy femenina y muy roja
ella. Aun así, la despedida perfecta nos la proporciona la propia Charlize Theron: “En un mundo postapocalíptico, las mujeres
sobreviviremos”, ha declarado la actriz al diario The
Guardian. Palabra de Imperator: te alabamos, señora.