Cinco años después, Joaquín Sorolla regresa por la puerta grande a Madrid. Si en 2009 el Prado le dedicaba una antológica irrepetible, en la que se codeaba de tú a tú con los grandes maestros -y aguantó el tipo-, ahora es la Fundación Mapfre la que exhibe su producción norteamericana, que fue muy fecunda y apenas se ha visto en España. La historia de amor entre Sorolla y Estados Unidos, como suele ocurrir en las pasiones más arrebatadas, fue breve pero intensa. Un flechazo en toda regla. Llegó por primera vez en 1909, acompañado por su esposa, Clotilde, y sus dos hijos mayores, para inaugurar tres exposiciones en Nueva York, Búfalo y Boston. Las colas se sucedían a diario frente a la Hispanic Society of America, en Manhattan, para ver su trabajo. En un solo día visitaron la muestra 30.000 personas.
Joaquín Sorolla retratando a Thomas Fortune Ryan en París, 1913. Fue uno de sus grandes mecenas en EE.UU.
El Metropolitan compró tres obras, entre ellas el impresionante «Retrato de Clotilde con vestido negro». Entre las tres sedes vendió 195 cuadros, además de pintar numerosos retratos. Los encargos se le acumulaban. Todos querían ser retratados por él. Magnates como Ralph Elmer Clarkson, damas de la alta sociedad (Frances Tracy Morgan, Mary Lillian Duke, Juliana Arnour Ferguson), pintores (Louis Comfort Tiffany), directores de museos (Charles M. Kurtz, que murió cinco días después de pintar su retrato)... hacían cola en su agenda. Ni el presidente de Estados Unidos, William Howard Taft, pudo resistirse a sus encantos. Le invitó a la Casa Blanca, donde posó para el pintor español, que cobró por el retrato 3.000 dólares.
Recuerden, Sorrolla les espera una vez más en Madrid en la que podremos admirar su producción norteamericana, anímense a visitarla.
Fuente: http://www.abc.es/cultura/arte/20140920/abci-sorolla-exposicion-fundacion-mapfre-201409192239.html
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